Hablemos con Hechos: Cómo Evitar Generalizaciones y Mejorar la Comunicación.
- Humberto Acuna
- 3 feb
- 2 Min. de lectura
Las generalizaciones en nuestra manera de hablar suelen jugarnos en contra. Palabras como siempre, nunca, todos, nadie, ninguna distorsionan el mensaje y pueden afectar el resultado de nuestras conversaciones.
Usarlas en una conversación formal sin pruebas concretas puede llevarnos a una discusión improductiva. ¿Te ha pasado que dices "siempre haces esto" y te responden "No es cierto, el otro día no fue así"? En ese momento, la conversación pierde el foco y la otra persona entra en modo defensa.

¿Por qué evitar las generalizaciones?
Generan resistencia y defensividad. En conversaciones de pareja o negocios, frases como “Nunca me escuchas” o “Siempre haces lo mismo” provocan una reacción inmediata de defensa: “No es cierto, ayer sí te escuché”. En ese momento, la persona deja de atender tu punto y solo busca justificar su postura.
No son 100% precisas. Es raro que algo sea siempre o nunca de una manera absoluta. En lugar de decir “Nunca me ayudas en casa”, prueba con “Últimamente he sentido que necesito más apoyo con las tareas del hogar”. Así evitas la exageración y abres espacio para una conversación constructiva.
Distorsionan la realidad. Si dices “Esta persona siempre llega tarde”, es probable que esperes que vuelva a llegar tarde, aunque no sea así. O si afirmas “Todos los de esa ciudad son de tal manera”, puedes estar cayendo en un prejuicio que no tiene fundamento.
Pueden ser usadas para manipular. En redes sociales y medios es común ver frases como "Los hombres nunca apoyan a las mujeres" o "Nadie se preocupa por el medio ambiente". Estas afirmaciones buscan generar emociones intensas, pero no reflejan la realidad. Si no cuestionamos estos mensajes, podemos caer en creencias erróneas.
La realidad es más compleja. No todo es blanco o negro. Entre los extremos hay matices, y reconocerlo nos ayuda a ver la realidad con más claridad.
¿Cómo reemplazar las generalizaciones por hechos?
Si quieres mejorar tu comunicación y hacer que tu mensaje tenga más impacto, usa datos concretos en lugar de generalizaciones. Así, evitas que la otra persona se sienta atacada y logras que realmente te escuche.
Ejemplos prácticos:
En pareja:
❌ “Nunca me dices que me quieres”
✅ “Hace tiempo que no te escucho decirme ‘te quiero’”
Con los hijos:
❌ “Siempre rompes vasos cuando lavas los platos”
✅ “Las últimas dos veces que lavaste los platos se rompió un vaso. ¿Vemos juntos qué está pasando?”
En el trabajo:
❌ “Nunca entregas los reportes a tiempo”
✅ “Los últimos tres reportes llegaron tarde. ¿Hay algo que esté afectando tu ritmo de trabajo?”
En Fin
Ser conscientes de cómo hablamos puede transformar nuestras relaciones. Antes de una conversación importante, tómate un momento para reunir hechos y ejemplos concretos. Así lograrás que la otra persona escuche tu mensaje en lugar de defenderse, y facilitarás un diálogo mucho más productivo.
lUn Fuerte Abrazo.
Nos leemos en nuestra próxima entrega
Humberto Acuña
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