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Lo Mataron de Amor: La Trampa de Querer 'Salvar' a Otros y la Lección de la Impecabilidad Personal

La Trampa del Salvador (Tu Ego, No el Amor)


Muchas personas andamos por la vida con la consigna inconsciente de: "Soy un medio para que tu vida sea la mejor de las mejores". Nos sentimos responsables de hacer más fácil la existencia de los demás, de evitarles dolor, incomodidades y sufrimiento. No vamos a detenernos en el origen de esta conducta, pero sí en su consecuencia más peligrosa: cómo esa ayuda, envuelta en la etiqueta de "amor" o "solidaridad", podría estar matando la evolución del otro, paralizándolo en una vida de inutilidad.



No los salves de la lucha; déjalos crecer fuertes

No los salves de la lucha; déjalos crecer fuertes
No los salves de la lucha; déjalos crecer fuertes

Si te identificas con la persona que siempre está ayudando, la reflexión de hoy es vital: ¿Hasta qué punto esta forma de ser realmente ayuda, o simplemente satisface una necesidad profunda en ti? Por otro lado, si eres quien recibe esa ayuda constante, la situación es más compleja: es probable que ni siquiera puedas ver el problema, o que, al asomarte a él, te preguntes: '¿Para qué salir de esta burbuja de comodidad si aquí estoy bien?' Ambas preguntas nos obligan a mirar la sombra de la buena intención. La reflexión final, y más dura, es: Una vez que el individuo ha sido inutilizado por la comodidad, ¿realmente querrá o podrá elegir salir de ella?


¿Lo Salvaste de la Muerte o lo Condenaste a una Vida Inútil?


A menudo, lo que creemos que es compasión es, en realidad, un profundo egoísmo. "Me siento mal por ti", "No puedo verlo sufrir", "Está pasando trabajo y sufre"… Cuando decimos esto, debemos preguntarnos: ¿Qué personaje dentro de mí está hablando? ¿Cuál es mi necesidad de atender a esa persona?

Para ilustrar el peligro de esta arrogancia, el chamán Don Juan Matus nos dejó una lección en su diálogo con Carlos Castaneda:

Carlos ve una oruga a punto de ser aplastada y la mueve.Carlos Castaneda: "Lo salvé. Estaba a punto de morir."Don Juan Matus: "¿La salvaste, o le arruinaste la vida? ¿Cómo sabes que ese no era su destino, su camino? Al moverla, has interferido en el diseño del mundo. La intención es una excusa de la importancia personal. Tu acción te hizo sentir bien a ti, pero no era impecable. Para la persona que busca actuar con consciencia, una cosa es hacer sin esperar nada y otra es intervenir creyéndose superior al camino.”

La intención es la excusa perfecta para nuestra Importancia Personal (IP), un acto de arrogancia. ¿Quiénes somos para juzgar y cambiar el camino de otro? Antes de lanzarnos como salvadores, preguntémonos con honestidad:

¿Realmente estoy ayudando, o solo estoy satisfaciendo una parte de mi ego, engañándome y creyendo que por amor estoy salvando, cuando en realidad estoy matando la autonomía y la fuerza del otro?


No Lo Salves de la Lucha: Ponlo a Luchar


La fortaleza de un ser vivo solo se desarrolla en la resistencia. Lo que intentamos evitar es, a menudo, lo que se necesita para crecer.

  1. El Niño Inmune: Conocí el caso de un niño criado en un ambiente "impecablemente limpio", con juguetes y pisos esterilizados. A los once meses, expuesto a una piscina de club, casi muere de una infección: su cuerpo no tenía defensas, no se había estresado nunca, no tenía por qué generarlas.

  2. Los Árboles de Biosfera 2: En este proyecto científico en Arizona, se creó un bosque en un ambiente perfecto. Sin embargo, al alcanzar cierto tamaño, los árboles se caían. ¿La conclusión? Al no tener vientos que los azotaran y movieran mientras crecían, sus troncos no desarrollaron la fortaleza interna necesaria. El viento, ese problema del que estuvieron protegidos, era la resistencia necesaria que los árboles debían enfrentar por sí mismos para volverse fuertes.

Tanto el niño como el árbol, para ser fuertes, no necesitan ser salvados de la lucha; necesitan la lucha. La resistencia activa su verdadera fortaleza.


Déjales Seguir su Camino: La Lección de Kübler-Ross


Esta visión de soltar y permitir que el otro enfrente su destino se vuelve brutalmente clara en las enseñanzas de la Dra. Elisabeth Kübler-Ross sobre el Ego Familiar.

La Dra. Kübler-Ross observó que el mayor sufrimiento del moribundo no venía del dolor físico, sino de la incapacidad de los familiares de soltarlo. Esta es la manifestación más pura de la Importancia Personal (IP): el familiar, centrado en su miedo a la pérdida, proyecta su deseo de "no perder" al otro. Esto fuerza al moribundo —que quizás ya alcanzó la paz de la Aceptación— a prolongar su agonía o a desviar su energía final para consolar a los vivos.

Para la persona que busca actuar con impecabilidad, el acto de morir requiere ignorar la IP de los demás para completar su destino en paz. El Amor Incondicional, el objetivo final para Kübler-Ross y lo opuesto a la IP, se traduce en permitir que el otro siga su destino sin la atadura del apego personal. Nuevamente, nuestro ego, queriendo demostrar amor incondicional, nos engaña y, con la mejor de las voluntades, nos hace daño.


"No se Haga Mi Voluntad, Sino la Tuya": El Acto de Sumisión


La enseñanza de dejar que cada uno siga su camino viene incluso de quien más nos amó incondicionalmente, Jesús de Nazaret.

En su Oración de Getsemaní, cuando Jesús enfrenta el sufrimiento inminente de la crucifixión y su voluntad humana choca con el plan divino, él dice, según Lucas 22:42: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.”

Jesús renuncia a su ego y a su juicio, pidiendo que suceda lo necesario de acuerdo con el plan mayor y divino. Te invito a una pregunta provocadora: ¿Cómo sería el mundo hoy si Dios hubiese intervenido, acabado con los romanos y liberado a Jesús? Quizás la misión habría fracasado. El sacrificio fue necesario para la trascendencia.


Entonces, ¿Los Dejamos Morir a Todos? (Buscando el Equilibrio)


No, esa no es la idea. El mundo es un lugar mejor gracias a la compasión y la solidaridad. Reconocemos a los héroes anónimos que salvan vidas en accidentes, incendios o emergencias médicas. No abogo por la insensibilidad.

El llamado es a buscar el equilibrio entre ayudar y enseñar, entre egoísmo y amor verdadero. Sin este equilibrio, gana siempre el que demuestra más poder. ¿Tienes dudas? Observa muchos países donde generar personas dependientes de las ayudas del gobierno es más conveniente que generar oportunidades de trabajo. Quien gana es el poder que dice: "Yo te doy todo." Quien pierde es el que, en su comodidad permanente, entrega su libertad por seguridad.


El Héroe Escondido: Perseo y Ulises


La mitología griega nos ofrece dos ejemplos de cómo podemos convertirnos en guías y no en salvadores, dejando de "matar" a quienes nos rodean por amor mal entendido: No le des el pez; enséñale a pescar.


1. Perseo: De Víctima Condenada a Héroe


Perseo, hijo de Zeus, tenía la misión imposible de acabar con Medusa. Pudo haber pedido ayuda directa, pero Zeus exigía hazañas dignas de su linaje. Zeus delega en Atenea y Hermes; ellos no resuelven el problema, sino que le dan las herramientas necesarias para que él mismo haga la tarea: el escudo, la hoz y las sandalias aladas. ¿Pudo haber fallado y morir? Sí. Pero su destino era luchar y usar su potencial. La satisfacción de Perseo es la de estar en su propio viaje.


2. Ulises: La Satisfacción de la Lucha


La travesía de Ulises (el Viaje del Héroe) ilustra que la satisfacción real está en la transformación forjada por el "trabajo" y la lucha. Su viaje comienza al abandonar la comodidad del Mundo Ordinario y cruzar el umbral hacia el mar tormentoso. Ulises necesitó pasar por la tormenta, el rechazo, la pérdida y la astucia para generar su propia transformación.


Reflexión Final (Llamada a la Acción)


La impecabilidad de la acción consciente no está en evitar el sufrimiento del otro, sino en permitirle enfrentar su destino y así desarrollar su fortaleza.

Te dejo estas preguntas para tu propia introspección:

  1. Cuando ayudas a otros, ¿lo haces desde el amor incondicional o desde tu Importancia Personal (tu ego)?

  2. ¿Has pensado que quizás al ayudar y ayudar inutilizas a las personas, las haces más débiles y dependientes?

  3. ¿Cómo podrías cambiar el enfoque y convertirte en un Atenea o un Hermes, que dan herramientas y enseñan, en lugar de un "salvador" que carga con la cruz del otro?

Si esta reflexión ha resonado contigo y estás listo para transformar tu forma de relacionarte y construir una vida de verdadera fortaleza y propósito, déjamelo saber en los comentarios o contáctame directamente.


Por hoy, hasta aquí. Si tienes alguna inquietud, déjame saberlo.

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