top of page

¿Quién está escribiendo esto? Una historia sobre los personajes que habitan en ti

  • Foto del escritor: Humberto Acuna
    Humberto Acuna
  • 7 abr
  • 3 Min. de lectura

Varias mascaras
Photo by Dan Dennis on Unsplash

Podría decir que este artículo lo escribe “Humberto Acuña”, y estaría diciendo la verdad. Pero esa es solo una parte de la historia. Porque cuando escribo, cuando hablo, cuando acompaño a alguien en un proceso… ¿Quién, de todos los “yo” que viven en mí, está realmente al mando?


Con el tiempo descubrí algo fascinante: dentro de mí —y dentro de ti también— viven varios personajes. No me refiero a algo esotérico, ni a que estamos “locos”. Me refiero a esos roles, voces, máscaras, formas de ser que usamos —a veces sin darnos cuenta— para sobrevivir, adaptarnos o simplemente para encajar.


Los múltiples "yo"

En mi caso, habitan muchos “Humbertos”. Uno que se activa cuando quiero ayudar, otro cuando me critican, otro más cuando quiero evitar un conflicto. Algunos tienen raíces profundas: son herencias familiares, lealtades invisibles, voces prestadas. Otros los fui creando en el camino.


No estoy diciendo nada nuevo. Psicología, filosofía y espiritualidades diversas han hablado de esto: arquetipos, subpersonalidades, la sombra, el ego, el Yo Esencial. Pero no se trata solo de teoría: se trata de cómo esto puede ayudarte a cambiar lo que ya no quieres repetir en tu vida.


Porque sí: puedes observar al personaje que aparece en ciertas situaciones… y decidir si te sirve o no. Puedes intervenirlo, transformarlo o dejarlo ir.


¿Quién escribe este artículo?

Hoy, el personaje que escribe es Humberto, el Protector. Es el que se activa cuando quiero compartir algo que puede ayudar a otros. Es el que cree que quizás, al leerte, te identifiques y encuentres alivio o claridad.


Pero no siempre es el Protector el que toma el control.


Si, por ejemplo, mi esposa Sara lee este artículo y me da una crítica, ¡aparece de inmediato Humberto, el Arrogante! El que piensa: “¿Cómo que no te gustó? ¡Si está perfecto!”. Luego, cuando lo escucho y lo calmo, aparece el Conciliador, que busca comprender, corregir, mejorar.

Cambio de personaje sin darme cuenta. Sigo siendo yo… pero no actúo igual.


¿Y tú? ¿Sabes quién está al mando?

Al igual que yo, tú también tienes tus personajes: el Sarcástico, el Práctico, el que siempre busca el atajo, el Hiperresponsable, el que pelea por todo… y muchos más que quizás aún no reconoces, pero están allí.


Algunos son funcionales. Otros, destructivos. Lo importante no es eliminarlos, sino reconocerlos, nombrarlos y decidir si quieres seguir dejándolos manejar tu vida.

Yo, por ejemplo, aprendí a frenar a Humberto, el Sarcástico. Durante años, se burlaba de la gente como mecanismo de defensa. Hoy lo escucho, lo identifico, y le digo: “Ya está”. Sigo bromeando, pero sin herir.


El coaching y los personajes

En sesiones de coaching, muchas veces escucho frases como: “Esto siempre me pasa”, “No puedo evitarlo”, “Ya no sé qué hacer”. Y allí exploramos: ¿qué personaje aparece en esos momentos? ¿Qué papel estás interpretando sin darte cuenta?

Cuando no reconoces al personaje, repites el guion una y otra vez. Y claro, sientes frustración, dolor o culpa. Porque confundes el personaje con tu identidad.

Pero cuando logras ver al personaje, puedes cambiar la escena.


¿Por qué es importante reconocerlos?

Porque solo puedes intervenir lo que ves. Y porque no todos los personajes sirven para todos los escenarios.Por ejemplo:

  • Cuando hago coaching, necesito que esté presente Humberto, el Coach, no el Arrogante.

  • Cuando educo a mis hijos, no puedo ser solo el Protector. Porque a veces proteger en exceso los limita.

  • Cuando lidero un equipo, tengo que decidir si lidero desde el Cuidado… o desde la Confianza.


Un día, mi coach me dijo: “¿Quién te dijo que tienes que cuidar a los demás?”. Y esa pregunta me despertó. Comprendí que el Protector no debía ser mi personaje principal. Entonces, empecé a crear otro personaje, más equilibrado, que aún está en construcción.


¿Cómo empezar?

Aquí te comparto una herramienta sencilla que me ha ayudado:

Personaje

¿Qué me dice?

¿Qué lo activa?

¿Qué aporta?

¿Qué limita?

El Protector

“Yo me encargo, no te preocupes”

Ver a alguien necesitado, una injusticia

Empatía, contención, cuidado

Inhabilita a otros, genera dependencia, me sobrecarga

Haz tu propia tabla. Nombra a tus personajes. Escríbelos. Obsérvalos. Cuestiónalos. Y cuando aparezcan, respira, reconócelos… y elige.


Reflexiones finales

  • Siempre hay un personaje activo. El punto es: ¿sabes quién es?

  • No hay personajes 100% buenos ni malos. Todos tienen un propósito. Pero puede que ese propósito ya no te sirva hoy.

  • Algunos personajes aún no han salido. Están esperando que los invites.

  • Otros se esconden por miedo. Y solo los verás con radical honestidad.

  • El conflicto interno muchas veces es una pelea entre personajes que quieren controlar la escena.


Identificarlos no te hace más perfecto. Te hace más libre.


Como diría Humberto, el Protector: ojalá algo de esto te haya sido útil.


Un fuerte abrazo.Nos leemos en la próxima entrega

Comments


bottom of page