Tu diálogo interno: ¿Es un eco del pasado o tu propia voz?
- Humberto Acuna
- 17 ene
- 3 Min. de lectura
Esa voz… ¿De quién es?
¿Es tuya? Cuando hago esta pregunta en mis sesiones de coaching, muchas personas reaccionan con desconcierto: “¿Cómo que si es mía? Claro que es mía”. Sin embargo, cuando profundizamos un poco más y pregunto: “¿Quién te enseñó a hablarte así?”, el ambiente cambia. Surgen momentos de reflexión, como cuando alguien comenta: “Mi mamá siempre decía…”, “Mi papá repetía…”, o “Un maestro me marcó con sus palabras…”. Aquellas voces, inicialmente externas, se instalan en nuestro interior y con el tiempo se convierten en automáticas, moldeando cómo nos hablamos y cómo nos percibimos.

Los juicios que construyen nuestra narrativa
En coaching, dedicamos tiempo a identificar los juicios que guían nuestra interpretación del mundo. Estos juicios, o creencias, suelen tener raíces profundas en nuestra cultura, nuestra familia y nuestras experiencias de vida. Algunos están fundamentados en hechos, pero muchos otros son meras interpretaciones que aceptamos como verdades absolutas. ¿Te has detenido a cuestionar cuáles de tus creencias provienen de esas voces que escuchaste durante tu infancia?
Por ejemplo, si creciste oyendo que “tomar riesgos es peligroso”, podrías sentir una aversión natural a cualquier situación incierta, incluso cuando esas oportunidades podrían transformar tu vida. Cuestionar y analizar estos juicios es clave para expandir tu visión y actuar con mayor libertad.
Voces heredadas y sus impactos
Las voces que guían nuestra narrativa suelen provenir de figuras de autoridad importantes en nuestra vida: padres, abuelos, maestros, y otras personas con influencia en nuestra formación. Aunque sus intenciones fueran positivas, esas voces reflejan sus propias creencias, miedos y limitaciones, que no necesariamente coinciden con las tuyas.
Un ejemplo personal
Recuerdo a mi abuela Victoria, quien me crió, y cómo sus frases recurrentes moldearon muchas de mis creencias. Dos de ellas en particular me marcaron profundamente:
“La ociosidad es la madre de todos los vicios.”Esta frase se convirtió en una voz constante que me hacía sentir culpa al descansar. Creía que debía estar siempre ocupado, haciendo algo productivo. Con el tiempo, esta creencia afectó mi salud, causándome estrés y frustración al ver a otros disfrutar del tiempo libre sin remordimientos.
“Debes aprender a hacer todo solo, no dependas de nadie.”Este consejo, aunque bien intencionado, fomentó en mí una autodependencia extrema. Aunque lograba muchas cosas por mí mismo, también me sentía agotado y aislado, incapaz de pedir ayuda incluso cuando realmente la necesitaba.
Voces comunes en las sesiones de coaching
A lo largo de mi experiencia, he identificado patrones en las voces internas que mis clientes enfrentan. Algunas de las más comunes incluyen:
“Las mujeres están para atender la casa.”Una creencia limitante que impide a muchas mujeres desarrollarse profesionalmente, generándoles inseguridades y un constante miedo al fracaso.
“Tú no sirves para nada.”Esta frase marcó profundamente a un cliente exitoso pero perfeccionista, quien no podía disfrutar de sus logros porque esa voz interna lo convencía de que nunca era suficiente.
“No confíes en nadie, todos te quieren dañar.”Una clienta con esta creencia enfrentaba grandes dificultades para abrirse emocionalmente, lo que afectaba sus relaciones personales y profesionales.
¿Cómo transformar estas voces?
Cambiar la relación con estas voces heredadas requiere un trabajo consciente y continuo. Aquí te dejo algunos pasos para comenzar:
Reconócelas:Identifica las voces que no son realmente tuyas. Pregúntate: ¿De dónde vienen? ¿Quién me enseñó a pensar así? Escribirlas puede ayudarte a clarificar su origen.
Agradece su función pasada:Aunque ahora te limiten, estas voces tuvieron una razón de ser en algún momento de tu vida. Agradecerlas te permitirá dejarlas ir con compasión, sin resentimientos.
Redefínelas:Reflexiona sobre si esas creencias te sirven hoy. Si no, trabaja en reemplazarlas con mensajes más alineados con tus valores y objetivos actuales.
Fortalece tu voz interior:Dedica tiempo a conectar con tu propia voz, aquella que nace de tus valores, experiencias y deseos. Practicar el autoconocimiento es esencial para que esta voz se convierta en tu guía principal.
Una invitación a reflexionar
Las voces que te acompañan son parte de tu historia, pero no tienen por qué definir tu futuro. Al reconocerlas, agradecerlas y decidir cuáles seguir escuchando, puedes vivir con mayor autenticidad y libertad. ¿Estás listo para descubrir cuáles son las voces que habitan en ti y tomar el control de tu narrativa? ¡El momento para empezar es ahora!
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