Pensar mal de uno mismo: la trampa invisible que sabotea tu autoestima
- Humberto Acuna
- 19 ago
- 3 Min. de lectura
“El peor de los males que le puede suceder al hombre es pensar mal de sí mismo”. — Goethe
¿Cuántas veces te has sorprendido dudando de ti mismo?¿Cuántas veces has sentido que no eres suficiente, aunque los demás te vean capaz?
En mis sesiones de coaching —y también en mi propia vida— he comprobado que una de las luchas más frecuentes no es contra el mundo exterior, sino contra la forma en que nos hablamos a nosotros mismos.

Porque si tú no confías en ti… ¿quién lo va a hacer?
¿De dónde viene esa voz que te sabotea?
Nuestra manera de vernos y de relacionarnos con la vida no se construyó sola: nace de las interacciones con quienes nos rodean. Padres, hermanos, maestros, amigos… todos han dejado huellas en nuestra identidad.
Cuando somos niños, solemos creer ciegamente lo que esas voces nos dicen:
“No sirves para eso.”
“Estás gordo.”
“Nunca lo vas a lograr.”
Esas frases, dichas con ligereza o con dureza, pueden quedarse grabadas y convertirse en la voz interior que hoy te repite: “no puedes”.
Pero atención: esa voz no es tuya. La asumiste en el pasado, pero hoy eres adulto. Y como adulto tienes la capacidad de reconocerla, separarla y empezar a escucharte a ti mismo.
Señales de que tu autoestima necesita atención
Hazte estas preguntas:
¿Te cuesta poner límites y los demás no respetan tus decisiones?
¿Sientes incomodidad al pedir un favor, como si no lo merecieras?
¿Eres capaz de decir “NO” y sostenerlo con firmeza?
¿Siempre estás disponible para los demás, pero te cuesta estar disponible para ti?
Si alguna de estas preguntas resuena contigo, probablemente tu autoestima esté pidiendo ser fortalecida.
La fuerza que ya tienes dentro
Soy un convencido de que la vida no te presenta algo que no puedas manejar. El problema no es la falta de capacidad, sino el miedo que paraliza y la duda que te desconecta de tu poder interior.
En sesiones de coaching, he visto personas que aseguraban no poder con cierta situación… hasta que algo dentro de ellas explotaba: un grito, un llanto, un golpe a una almohada. Y ahí estaba: la energía que siempre habían tenido, pero que no se habían permitido reconocer.
Esa fuerza es tuya. Siempre ha estado allí. No le tengas miedo: aprende a usarla.
¿Cómo empezar a confiar en ti?
Reconoce las voces que no son tuyas. Cuando aparezca un pensamiento que te minimiza, pregúntate: ¿de verdad pienso esto yo… o es una frase que escuché en mi infancia?
Dale espacio a tu voz interna. Esa que te conoce desde siempre y que te dice: “sí puedes”.
Atrévete a actuar. La confianza no llega antes de la acción, llega durante el camino.
El mayor obstáculo en tu vida no es tu familia, ni tu jefe, ni las circunstancias. El mayor obstáculo eres tú cuando decides no confiar en ti.
Tu siguiente paso
Si algo de lo que leíste hoy resonó contigo, quiero invitarte a dar un paso más. El coaching no es magia, pero sí es un camino poderoso para reconectar con tu autoestima, silenciar esas voces limitantes y aprender a escuchar tu verdadera voz.
Si quieres comenzar ese proceso, agenda una sesión conmigo. Juntos trabajaremos en que recuperes la confianza que ya tienes dentro y te atrevas a vivir con más fuerza y plenitud.
Nos leemos en el próximo artículo.
Comentarios