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El Amor y sus Diferentes Formas: Comprenderlo para Sanar Relaciones

  • Foto del escritor: Humberto Acuna
    Humberto Acuna
  • 10 feb
  • 4 Min. de lectura

Los Diferentes Tipos de Amor y su Impacto en Nuestra Historia Personal


Nos pasamos la vida hablando y escuchando sobre el amor. Pero, ¿realmente nos hemos detenido a reflexionar sobre lo que significa para cada uno de nosotros? ¿Somos conscientes de que el amor es una emoción que se adapta a la persona a la que lo dirigimos? ¿Que muchas de nuestras mayores heridas emocionales podrían estar ligadas a una interpretación errónea del amor?


Los Tipos de Amor:


Lo primero es aclarar que sí, existen diferentes tipos de amor. En lo personal, me quedo con la definición de Susana Bloch en su libro Surfeando la Ola Emocional, donde menciona dos formas fundamentales de amor: el erótico y la ternura. Mientras que el amor erótico está ligado a la pasión, la atracción y el deseo, el amor basado en la ternura se centra en el afecto, el cuidado y la protección.




Otros autores han identificado aún más categorías, entre ellas:


  • Amor Paterno-Filial: El amor que un padre o una madre siente por su hijo, basado en el cuidado, la protección y la guía. Es incondicional y no espera reciprocidad.


  • Amor de Pareja: Involucra atracción, intimidad y, en muchos casos, pasión. Se construye y evoluciona con el tiempo, dependiendo de la conexión emocional y la compatibilidad entre ambos.


  • Amor Fraternal o de Amistad: Un cariño profundo entre hermanos o amigos, basado en la confianza, el respeto y la complicidad.


  • Amor Propio: La capacidad de valorarnos y respetarnos a nosotros mismos. Es la base para poder amar sanamente a los demás.


  • Amor Incondicional: Aquel amor que trasciende las circunstancias, donde el bienestar del otro es prioritario sin esperar nada a cambio.


Lo que Nadie nos Dice sobre el Amor:


En mi práctica de coaching, he observado ciertos aspectos sobre el amor que rara vez se mencionan y que pueden transformar la manera en que vivimos nuestras relaciones.


1.- El Amor Requiere Trabajo y Atención


El amor necesita esfuerzo y dedicación. Algunas personas creen que, una vez consolidada una relación (por ejemplo, tras 15 años juntos o con hijos en común), ya nada puede afectarla. Sin embargo, esta creencia es peligrosa. Aunque una relación consolidada tiene bases más fuertes, nunca está exenta de desafíos.


El amor requiere atención, pasión y revisiones periódicas. Es importante tener conversaciones sinceras sobre lo que nos gusta, lo que ha cambiado y lo que necesitamos. ¿Has pensado que esa persona a tu lado ya no es la misma que conociste hace años? Lo mismo ocurre con amigos, hijos y padres. Con amigos y parejas podemos terminar la relación si es necesario, pero con la familia, ¿qué hacemos?


2.- Nos Elegimos a Nuestros Amigos y Parejas, Pero no a Nuestra Familia


Hace algún tiempo, un sacerdote con el que conversaba me dijo: "A los amigos los escoges, pero a tus padres y hermanos no; cuando llegas a este mundo, ellos ya están ahí". Reflexionar sobre esto es clave.

Las amistades y relaciones de pareja son elecciones mutuas. No puede existir una amistad donde solo uno es amigo o una relación de pareja donde solo uno la reconoce. Nos elegimos mutuamente y, si la relación deja de ser equilibrada, podemos renegociarla o terminarla.


Con la familia, la situación es distinta. No podemos elegir a nuestros padres y hermanos, ni tampoco podemos renunciar a ellos. Crecí con la creencia de que "la familia es lo más importante", y aunque la valoro, también entiendo que esto no implica que debamos amar a todos sus miembros de manera incondicional.


He trabajado con personas que sienten un profundo resentimiento hacia sus padres o hermanos. Algunos logran la reconciliación y hoy tienen relaciones sanas; otros llegan a aceptar y perdonar, pero sin amor; y hay quienes no pueden avanzar porque el dolor es demasiado grande.


El mayor reto en la familia es la mezcla de amor y resentimiento, sumada a la culpa de creer que "la familia lo es todo". A diferencia de amigos o parejas, no importa cuántas veces digamos "ya no es mi padre, hijo o hermano", el lazo sigue ahí. Nos une la biología, el apellido y, en muchos casos, una conexión espiritual. La clave no es romper el vínculo, sino decidir cómo queremos amar a nuestra familia.


3.- No Entender los Tipos de Amor Genera Heridas


"Mi suegra me odia", "Mi mamá no debería tener novio", "Mi papá se casó con otra mujer", "Mi amigo prefiere a su pareja antes que a mí". Estas frases reflejan conflictos por no comprender los diferentes tipos de amor.


Por ejemplo, una madre que cela a su hijo de su pareja está en un dilema: ¿puede su hijo dejar de amarla por elegir a una compañera de vida? No, pero su actitud puede alejarlo. Lo mismo ocurre con un hijo que no acepta que su madre tenga novio. El amor que ella siente por su pareja no compite con el amor de madre. Son amores distintos.

Si nos tomamos un momento para reflexionar, nos daremos cuenta de que muchos conflictos surgen por no entender que el amor se manifiesta de diferentes maneras y que ninguno es excluyente.


4.- Comprender los Tipos de Amor Nos Ayuda a Sanar


Si comprendes que hay distintos tipos de amor, puedes reinterpretar las historias que te cuentas. Esto te permitirá sanar heridas del pasado, construir relaciones más saludables y encontrar mayor paz interior. En lugar de quedarte atrapado en una narrativa de dolor, puedes adoptar una visión más comprensiva y poderosa.


Cuando entendemos que el amor tiene distintas formas y propósitos, muchas situaciones que percibíamos como abandono, rechazo o desamor pueden revelarse como simples manifestaciones de un amor diferente al que esperábamos.


Espero que este artículo te ayude en tu camino. ¡Nos leemos en la próxima entrega!.

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